Leer más ►
La helada blanqueaba los árboles y el césped como la nieve. Yo me despertaba a propósito para mirarla y sentir con más intensidad el calor del cuarto y de tu presencia. Aventurarme afuera me parecía correr sobre cuchillos afilados. Después de permanecer un rato contra el vidrio del ventanal me acurrucaba nuevamente a tu lado. Dormido o despierto me tomabas entre tus brazos y me deseabas aunque en ese momento, distraídamente, por puro instinto. Para seguir durmiendo me desprendía de tu calor y quedaba extendida a tu lado como ante la gran chimenea de un castillo medieval: tú eras esos largos leños, yo un lebrel que soñaba los sueños misteriosos de los lebreles. El amor físico es una cosa triste, inasible, desconsolada: el amor platónico es una cosa triste, inasible, desconsolada. Nosotros somos la imagen perfecta del amor total.
Selección:
Los pasajeros del Jardín, Silvina Bullrich.
(1971)